En las calles Plataners y Eucaliptus se han quemado coches aparcados. Foto: A SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ
«Vivir con este temor no es normal, yo tengo que ir a un psicólogo porque estoy fatal. He decidido cambiar de barrio y no soy el único caso. En un año se han marchado al menos diez vecinos por lo mismo: porque están hartos de ser acosados». El vecino de Son Gibert que pronuncia estas palabras no quiere que se publiquen ni sus iniciales. Tiene pánico a represalias. Igual que él, Ultima Horaha contactado con otros afectados que han decidido hacer las maletas y salir del barrio por el acoso continuo y sistemático de algunos clanes gitanos.

El sábado un grupo de cinco mujeres, de etnia gitana, rodeó a una fémina y le propinó una paliza delante de sus hijas de corta edad. La principal agresora, según los vecinos, se dedica a la venta de drogas. Recientemente, a otra vecina la amenazaron de muerte porque la acusaban de haber llamado a la Policía por un incidente trivial. La indignación fue tal que aparecieron carteles pegados en las paredes que exculpaban a la mujer.

En otra ocasión una señora se quejó de unos balonazos en su casa y llamó a la Policía Local. Poco después recibió una paliza y tuvo que ser hospitalizada, con la cara completamente amoratada. Otro caso: una cocinera que se encaró con uno de los miembros de aquellos clanes fue amenazada de muerte a la puerta de su casa y hace un mes que vive con su madre. No quiere volver a Son Gibert. Otra de las víctimas de aquellos clanes coincidió en que hay una decena de vecinos que ya se han marchado o tienen previsto hacerlo en breve. También hay algunos dueños de negocios de la zona que tienen en mente cerrar las puertas.