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Seis años con las cortinas echadas, poniendo telas en la terraza o con las persianas cerradas. Varios vecinos de la calle Joan Crespí de Palma tuvieron que recurrir a estas medidas para evitar la desagradable y sigilosa presencia de J.B.A., un hombre de unos 60 años de edad al que siempre «pillaban» espiándoles desde su ventana mientras se masturbaba.

«La primera vez que lo vi es cuando me asomé a la terraza para ver si hacía buen tiempo. Recuerdo que se reía», explicaba ayer Andrea, una vecina que tiene dos hijos menores de edad. Ambos afirman haber visto también al hombre en plena acción.

El exhibicionista actuaba en varios sitios: su ventana, la galería interior, la azotea y el rellano de la finca. «Se subía a una silla y se quedaba bien pegadito a la barandilla del balcón para que lo vieran, siempre estaba fijo allí», declaró otra de las vecinas.

Las víctimas destacan también que el individuo estaba siempre al acecho. «Cuando veía que abríamos las ventanas, él abría las suyas y empezaba a masturbarse», dijo otra mujer indignada.

En todo este tiempo los vecinos optaron por no denunciar. Según afirman, la policía les decía que «no se podía hacer nada» porque el hombre estaba dentro de su casa.