Se da la circunstancia de que horas antes, a las seis de la mañana, los bomberos y la Policía Local fueron alertados de que en la calle Ramón Llull número 53 se habían desprendido unas fiolas. El incidente tampoco causó heridos, pero antes del mediodía la alarma volvió a saltar en Llucmajor, y además en la calle París, que está junto a Ramón Llull. Una dotación de la Policía Local transitaba por el punto donde se produjo el segundo derrumbe y el coche estuvo a punto de verse afectado por la lluvia de cascotes: «Ha faltado muy poco», comentaron desde el cuartel.
Un técnico municipal se desplazó a la calle París número 4 para evaluar los daños. El inmueble se encuentra en obras en la actualidad.
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