Joan Serra, presidente del Gremio de Joyeros y Relojeros de Palma. Foto: AURORA FERRER

TW
0

AURORA FERRER/FRANCISCO BARRASA
Petrache S.Z., de 20 años, y Daniel V.B., de 28, ingresaron a mediodía de ayer en prisión tras prestar declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción 4 de Palma, como autores confesos del atraco a la Joyería Feliu, en Son Gotleu, y de la brutal agresión a su propietaria. En el interrogatorio judicial de ayer, los dos hombres de nacionalidad rumana -que según su testimonio llevaban apenas días en la Isla-, dijeron haberse repartido previamente sus funciones en el atraco, y mientras Petrache debía encargarse de neutralizar a quienes hubiera en el interior del establecimiento, David se haría con el botín. Consternación y preocupación definen los sentimientos del Gremio de Joyeros y Relojeros, y que se hacen extensibles al sector comercial de Palma, tras el asalto con violencia extrema que sufrió la Joyería Fortuny de Son Gotleu. Los hechos ocurrieron el miércoles cuando dos individuos perpetraron el asalto y golpearon de forma salvaje a su propietaria, Mercedes Rodríguez. Un suceso que concluyó con la detención de los dos asaltantes, y a su vez se saldó con otro desafortunado incidente, ya que provocó que el marido de la víctima, jubilado ya y ex presidente del Gremio de Joyeros y Relojeros, Josep Fortuny, sufriera un amago de infarto.

Joan Serra, actual presidente del Gremio de Joyeros y Relojeros, una entidad que agrupa a un centenar de pequeñas empresas en Palma, explica el gran impacto que ha causado en este colectivo este suceso. Serra observa que el sector comercial al que representa es especialmente atrayente para los delincuentes, «ya que los objetos de oro tienen un gran valor y son fáciles de vender, puesto que una vez fundido ya no se pueden identificar las piezas». Así, señala que es frecuente que en este tipo de establecimientos, en muchas ocasiones regentado tan sólo por su propietario y algún empleado, sean víctimas de robos. No obstante, matiza que los incidentes más frecuentes son mediante la sustracción al descuido. Al respecto, explica que generalmente actúan dos individuos y, mientras uno distrae la atención del dependiente, el otro aprovecha para sustraer algún objeto. Además, añade que en los últimos tiempos este sistema está siendo empleado de forma más frecuente en zonas turísticas.

Asimismo, Serra observa que en estos comercios también se producen robos durante la noche, forzando las cerraduras. Por este motivo, señala que en los locales tienen numerosas medidas de seguridad instaladas y que están exentos de mostrar los precios de venta al público, con el propósito de no proporcionar de forma visible el valor de los artículos que comercializan. De esta forma, y a pesar de que el representante de este gremio es consciente de que comercializa un tipo de artículo que es atrayente para los delincuentes, Serra hace hincapié en que lo inusual, y por ello alarmante, en esta ocasión ha sido la gran brutalidad con la que fue agredida la propietaria de la Joyería Fortuny.