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El delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socías, supervisó ayer en Son Reus la incineración de 2,5 tonetoneladas de hachís incautadas hace unas semanas en las áreas de Manacor y Porto Cristo, cuya venta en el mercado negro hubiera reportado, dijo, unos ingresos de «millones de euros» a los traficantes.

En declaraciones a los medios previas a la eliminación de este alijo, Socías comunicó que durante el próximo verano se reforzará la vigilancia para combatir el trafico de drogas en las islas, tal y como se hizo en la anterior época estival, lo que permitió, remarcó, «uno de los golpes más importantes» a la droga.

Tras felicitar a las fuerzas y cuerpos de seguridad por los «buenos» resultados que han logrado este año contra el tráfico de drogas, destacó que la Delegación del Gobierno «en ningún momento» va a «bajar la guardia» para «garantizar la seguridad de los ciudadanos» y erradicar la distribución de drogas.

«No consentiremos en ningún caso que las Islas Baleares sean puerta de entrada o puerta de paso de ningún tipo de tráfico», tanto de drogas como de personas, aseveró.

De acuerdo con los datos facilitados por la Delegación del Gobierno, en lo que va de año se han intervenido en Baleares 16.657 kilos de hachís, 9,1 kilos de cocaína, 1 kilo de heroína, 1.092 unidades de éxtasis y 15 kilos de marihuana.

Durante este periodo, se han retirado también 4,9 kilos de plantas de marihuana, 420 unidades de fármacos y 380 dosis de LSD.