El acusado mantuvo relaciones con la mujer a principios de julio de 2005 en un hostal de Palma. Cuatro días más tarde, quiso repetir y llamó al club en el que trabajaba la víctima. El acusado la citó para que acudiera a su casa, en la calle Cala Mitjana, y además le pidió que llevase puesto un bañador porque «la iba a llevar a una piscina».
La mujer se presentó sobre las 03.00 horas en la casa. El hombre la esperaba en la puerta y la guió a oscuras por la entrada, la metió en el ascensor y llegaron al garaje. Una vez allí la llevó a un pequeño trastero y cerró la puerta por dentro, mientras la mujer le pedía el dinero por adelantado. El hombre reaccionó sacando un cuchillo y colocándoselo junto a la garganta, a la vez que le decía «cállate y haz lo que te diga, que acabo de salir de la cárcel».
El acusado violó entonces dos veces a la mujer y al cabo de un rato la dejó salir. La víctima, muerta de miedo, se escondió bajo un coche y permaneció allí unas dos horas. Finalmente, una vecina la vio y accionó el mando a distancia que abría la puerta del garaje.
De camino a casa, la mujer llamó a su hermana para contarle lo sucedido. Precisamente, esta mujer declaró ante el tribunal que seis meses antes de la última agresión, ya se «hablaba» de que el acusado había violado a otra mujer, también en el cuarto trastero de su casa.
Benito J.M., que está a la espera de ser juzgado por otro delito sexual cometido en 2004, no quiso declarar aunque al ser detenido aseguró a los policías que «todo era un complot» fraguado por la víctima, a la que además deberá indemnizar con 600 euros en concepto de daño moral.
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