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JUAN POYATOS
A raíz de la 'operación Voramar' el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha adquirido un notable protagonismo, al ser el grupo que inició las investigaciones. El Seprona nació en 1989 a nivel nacional como respuesta a la necesidad de perseguir y sancionar las conductas que por acción u omisión atentan contra la conservación de la naturaleza. Las directrices de la Unión Europea en materia de protección medioambiental y el aumento de la conciencia ecológica en España llevaron a convertir las antiguas Unidades Motorizadas Rurales de la Guardia Civil en el actual Seprona. Esta unidad está dirigida a nivel nacional por un general, que en cada comandancia dispone de una sección a los mandos de un oficial. En Balears hay una patrulla urbana que cubre el término de Palma. En Ciutat también están ubicados los mandos y la unidad de Equipos Técnicos y toma de muestras. También hay patrullas en Sant Joan, Pollença y es Pont d'Inca. Estas patrullas están compuestas por un cabo y cuatro guardias.

En Eivissa y Menorca hay una patrulla por isla. En total, casi treinta hombres y mujeres responsables de prevenir y evitar los delitos ecológicos, además de todo tipo de acciones que puedan dañar al medio natural. Sus trabajos más habituales son: el control de la caza furtiva, licencias, cotos, vertidos industriales o particulares sin control, las canteras, depuradoras, centros de reciclado, etc. Los agentes del Seprona también velan por la contaminación en el mar, el control de animales peligrosos o protegidos, las posibles epidemias, la supervisión de los parques nacionales o zonas de especial protección, infracciones urbanísticas, denuncias de abandono o desatención de animales, así como la investigación de los incendios forestales. Actualmente, tal y como aumenta la conciencia ecológica en la sociedad, aumenta el número de denuncias que los agentes del Seprona reciben cada día.

Los ciudadanos son los primeros en advertir a la Guardia Civil de que se ha producido un vertido o una infracción de carácter medioambiental. También ha aumentado exponencialmente el número de directrices que la Unión Europea obliga a cumplir en materia de medio ambiente a cada uno de sus países miembros.

Además de vigilar cuestiones genéricas como la gripe aviar, la contaminación en el mar, la pesca, los vertidos y muchas otras materias de orden y dimensión europea, los agentes del Seprona actúan también siguiendo normativas autonómicas y en simbiosis directa con instituciones de las islas. La colaboración con ayuntamientos, consells insulares y Govern, en especial con la Conselleria de Medi Ambient, les confiere cada día mayores responsabilidades.

Los agentes del Seprona, normalmente subidos a sus características motos todo terreno de color verde, patrullan y vigilan desca hace casi veinte años los caminos y costas de Balears a la espera de proteger el medio natural en toda su amplitud y en beneficio de todos, una gran responsabilidad que cada día es más complicada y exigente, aunque, los agentes de Seprona afirman: «los ciudadanos agradecen y reconocen nuestra labor y esa es nuestra mayor satisfacción».