Vanesa H. declaró ayer en el juzgado de guardia de Inca. FOTO: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ
Sea como fuere, la mujer se pasó cinco horas en la bañera de la habitación de su hotel y luego abortó. La Guardia Civil fue informada del parto y cuando los agentes llegaron al cuarto encontraron el cadáver del bebé en la bañera, ya sin vida. Según explicó la familia británica, un médico atendió al bebé, pero ya estaba inerte y no pudo hacer nada por él.

Los agentes procedieron a la detención del matrimonio y de la madre de ella, acusados de un delito de homicidio por imprudencia. El bebé, que pesó dos kilos, fue trasladado al instituto anatómico forense, donde en las próximas horas será sometido a la preceptiva autopsia para aclarar las causas de la muerte. Mientras tanto, Vanesa H. fue atendida en un centro hospitalario de las lesiones derivadas del parto en el baño de su hotel, aunque su estado no era grave y luego recibió el alta médica. En la investigación han participado las policías judiciales de Palma y de Pollença y la madre ha incurrido en algunas contradicciones.

Ayer por la tarde, a las cinco, la familia británica compareció en el Juzgado de Instrucción Número 6 de Inca. Vanesa llegó detenida, a bordo de un coche camuflado de la Guardia Civil, mientras que su madre y su esposo lo hicieron por su propio pie y acompañados de una abogada, tras quedar en libertad con cargos. La expectación mediática a la puerta de los juzgados era considerable y la parturienta se tapó el rostro para evitar ser fotografiada.