Stella, que no quiere mostrar su rostro por miedo a represalias, junto a su suegra. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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El Juzgado de Instrucción número 8 de Palma ha abierto una investigación contra cinco guardias civiles del cuartel de Palmanova para determinar si es cierto que sometieron a abusos físicos y sexuales a una nigeriana que estaba detenida.

La denunciante, llamada Stella, de 24 años, se encontraba el jueves por la mañana en una parada del autobús en Santa Ponça, cuando un vehículo de la Guardia Civil se detuvo y los agentes le pidieron la documentación. La subsahariana, que trabaja legalmente en Mallorca y está casada con un español, explicó que se había dejado el bolso y les pasó el teléfono móvil para que hablaran con su marido y confimaran su versión. Según consta en la denuncia, los funcionarios le dijeron por teléfono al esposo «no nos cuentes historias» y luego se llevaron detenida a Stella a los calabozos de Palmanova. Allí, supuestamente, fue humillada y acosada por cinco agentes, aunque fueron dos los que la golpearon y la sometieron a tocamientos sexuales, al tiempo que la mojaban con un vaso de agua.

A continuación una agente femenina la desnudó para someterla al habitual registro de las detenidas y sus compañeros, desde una puerta abierta, presenciaron toda la escena, riendo y haciendo comentarios ofensivos. Según Stella, le dijeron que era una «negra guarra» mientras la golpeaban y luego siguieron virtiendo insultos racistas contra ella. Su suegra, Conchi Lorente, acudió al cuartel al poco tiempo, alertada por su hijo, y ha declarado que al llegar la escuchó gritar. Cuando por fin consiguió verla la inmigrante estaba temblando y llorando.

Por la tarde la nigeriana fue trasladada al juzgado y un forense la examinó. Le apreció lesiones en la frente y los brazos, así como un estado anímico muy bajo. Los guardias civiles, por su parte, han denunciado a la mujer por arañarles, pero Antoni Tomás, el abogado de Stella, sostiene que ella no tiene uñas porque en su trabajo como camarera le obligan a llevarlas siempre muy cortas.