El fuego comenzó alrededor del mediodía en una finca situada en el Camí de Son Fuster, a la altura del kilómetro 8,5 de la carretera vieja de Sineu. La gran columna de humo era visible desde Son Ferriol, lo que motivó el desplazamiento urgente de una dotación de bomberos. Al llegar a la granja se encontraron con que el fuego tenía su origen en unas 60 balas de paja almacenadas en el exterior, y que habían prendido por causas aún desconocidas.
La extinción del fuego era muy delicada, ya que las ráfagas de viento provocaban que las pequeñas briznas de paja ardiendo, muy volátiles, se desplazasen varios metros. Los bomberos, que en principio habían desplazado un autotanque nodriza, pidieron más refuerzos al comprobar que no tendrían agua suficiente para extinguir el fuego. Al lugar también se desplazaron policías locales y efectivos del Ibanat.
La tarea más ardua fue la de remover constantemente con una pala las montañas de paja. Finalmente, sobre las 16.00 horas el fuego se dio por extinguido.
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