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JAVIER JIMÉNEZ La Policía Local de Llucmajor y la Guardia Civil se movilizaron ayer para interceptar a un conductor que se estrelló en la autopista de aquella localidad adrede, para quitarse la vida, y luego huyó corriendo, campo a través.

El accidente ocurrió en el último puente de la autopista, antes de la llegada al tramo que enlaza con Campos. Un Seat Ibiza trató de lanzarse contra uno de los pilares, pero topó con el guardarraíl y salió rebotado. El vehículo sufrió algunos daños y lo que en un principio parecía un accidente normal tomó enseguida otro cariz. El conductor salió desesperado del turismo, cruzó la autopista y se escapó por una finca colindante. La Policía no encontró al conductor, pero al poco tiempo se presentó en el cuartel un taxista que declaró que acababa de toparse, en el Camí de Son Marrano, con un joven ensangrentado. Los agentes, apoyados por la Benemérita, se desplazaron hasta esa dirección y encontraron al individuo, de unos 32 años, muy alterado. Cuando vio a los funcionarios emprendió veloz huida, y se le perdió la pista de nuevo.

Los policías rastrearon las fincas de los alrededores y al final lo encontraron oculto tras una mata, golpeándose la cabeza con una gran piedra, al tiempo que gritaba: “Quiero morir". El joven fue reducido por su propio bien y lo evacuaron hasta un centro sanitario, donde le atendieron de las lesiones que él mismo se había ocasionado en la zona craneal. Su vehículo fue retirado de la autopista, para que no provocara otros accidentes, y la Policía Local buscó a la familia del suicida, para informarle de lo que había ocurrido. El padre relató que su hijo estaba últimamente muy afectado por una estafa que había sufrido y que le había descentrado por completo.

La víctima quedó ingresada en el área de psiquiatría de un centro hospitalario, para ser sometido a una revisión psicológica completa.