Veintiséis peregrinos polacos murieron el domingo cuando el autobús en el que viajaban se volcó en una ladera y estalló en llamas a los pies de una pequeña aldea de la ciudad de Grenoble, en Francia.
El vehículo se estrelló contra una barrera al lado de la carretera, luego de lo que aparentemente fue un problema de frenos, mientras descendía una pendiente de la carretera RN85, un conocido lugar donde ocurren accidentes, dijeron los bomberos. La mayoría de las víctimas perecieron en el incendio, afirmaron funcionarios de emergencia, y agregaron que necesitarían la ayuda de expertos forenses de París para identificar a las víctimas con pruebas de ADN. El teniente coronel de la policía, Thierry Rousseau, aseguró a Reuters que de los 24 heridos, 12 se encontraban graves y habían sido trasladados al hospital «en completa emergencia». «Los testigos hablan de un problema con el sistema de frenos, un humo negro inusual», sostuvo. Funcionarios locales señalaron que la velocidad del autobús también pudo haber sido un factor que provocó el accidente.
Las imágenes de canales de televisión mostraron varios cuerpos debajo de sábanas blancas acostados en el suelo cubierto de hierba, cerca del río Romanche, mientras el vehículo aparecía en el fondo aún en llamas. Los trabajadores de rescate pusieron a los sobrevivientes en camillas, los cubrieron con mantas y los protegieron del sol antes de que éstos fueran trasladados a hospitales. Varios helicópteros y una flota de vehículos de emergencia llevaron a los heridos a un hospital en Grenoble, en una operación que movilizó a 60 policías y bomberos. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, envió un mensaje de condolencia al presidente polaco.
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