Una nueva confusión se sumó a las que hasta ahora rodeaban a todo lo relacionado con la desaparición de Madeleine McCann, el pasado 3 de mayo en el Algarve portugués. Después de que el sábado la portavoz de los padres de la pequeña asegurara que los McCann «no van a regresar a Inglaterra», pocas horas después, la portavoz se reunía con la prensa británica en secreto para comunicar la decisión de la pareja de regresar a su país «por sus hijos gemelos». Nada más llegar al aeropuerto de East Midlands, el padre Gerry McCann aseguró no tener nada que ver «en la desaparición de nuestra querida hija Madeleine».
El matrimonio, al que la policía consideró sospechoso de tener algo que ver en la desaparición de su hija, partió de la ciudad portuguesa de Faro sobre las diez y media de la mañana en un vuelo de la compañía de bajo coste EasyJet.
En el momento en que la pareja abandonaba la casa en la que se instalaron tras el suceso, en Praia da Luz (Portugal), Gerry iba al volante, pero la confusión fue tal, debido a los numerosos cámaras y fotógrafos, que resultó imprescindible la intervención policial para organizar el tráfico a la salida del matrimonio. La portavoz familiar indicó que la decisión de marcharse de Portugal estaba tomada hacía dos semanas, aunque después de que la pareja fuese declarada «sospechosa» se garantizara que no abandonarían el país luso. Luego se comunicó que la primera decisión se mantenía, si bien la prensa portuguesa insistió en que los McCann tendrán que volver a Praia da Luz la próxima semana para declarar ante un juez.
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