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JAVIER JIMÉNEZ Los cuatro marroquíes detenidos por la Guardia Civil en ses Salines no era, lógicamente, los «cerebros» de la operación de desembarco de hachís. Los expertos antidroga buscan al financiador, que podría ser un español que reside en la zona Norte de Mallorca y que está plenamente identificado. Los detenidos de ayer actuaron con profesionalidad y utilizaron el Opel Corsa como «coche lanzadera», es decir, abrían el paso a la furgoneta que cargaba el hachís por si se encontraban casualmente con alguna patrulla, tal y como ocurrió. Los ocupantes del turismo debían despistar a los agentes, mientras la furgoneta seguía su camino hacia un almacén desconocido. La jugada, sin embargo, no les salió bien. Sus ropas estaban mojadas por el accidentado desembarco "la mar estaba muy picada" y tenían poco margen para disimular. Durante todo el día los agentes del Servicio Marítimo, Policía Judicial, cuartel de Santanyí, EDOA y el helicóptero del Cuerpo se desplegaron pro Santanyí y ses Salines en busca de más implicados en el desembarco. Los investigadores creen que su intención era hundir la lancha de doce metros de eslora tras el alijo, ya que era una prueba que podía comprometerles. Tampoco tuvieron tiempo de hacerlo y la embarcación fue recuperada por los efectivos beneméritos.