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J. MOREDA El president del Govern, Francesc Antich, visitó a primera hora de la tarde de ayer Esporles junto a la consellera d'Interior, María Àngeles Leciñena, y el conseller de Presidència, Albert Moragues. La comitiva fue recibida por el alcalde de la localidad, Miquel Ensenyat y parte de su equipo municipal. Antich realizó un recorrido por las zonas más afectadas del pueblo, al tiempo que escuchaba las explicaciones de Ensenyat de cómo había sucedido el desastre que sumió a Esporles en el caos más absoluto durante el mediodía del pasado miércoles.

El president del Govern se adentró en un parking subterráneo público donde en el momento de la riada había estacionados una veintena de coches que quedaron seriamente afectados, muchos de ellos de forma irremediable. El agua penetró con gran violencia por las dos rampas (de entrada y salida) y, además, por las ventanas del aparcamiento, que dan al torrente por donde tanto entró como salió agua a raudales. La Policía Local de Esporles y los servicios de Emergències de la Conselleria d'Interior lograron sacar los vehículos del aparcamiento, algunos de los cuales «flotaban» hasta el techo.

La comitiva se dirigió posteriormente al otro lado del torrente, donde eran visibles los destrozos, sobre todo por lo que el agua arrastró.
La depuradora de Esporles ha sido uno de los bienes públicos que con mayor crudeza sufrió la violencia acuífera y ha quedado totalmente inutilizada. Cuando Antich estaba visitando ese lugar, una señora le explicó cómo la tormenta había destruido tanto el taxi de su marido como su coche particular y comentó al president que el torrente no se había desbordado, sino que fue la gran cantidad de suciedad que arrastraban las aguas las que destruyeron los dos vehículos.

Tras su visita, el president Antich mostró su condolencia por el fallecimiento ayer del vigilante de seguridad de Son Espases, herido en el primer temporal, y explicó que están estudiando las consecuencias de los tornados del pasado miércoles. «Cuando tengamos todos los datos comenzarán las indemnizaciones tanto las que vengan de Madrid como las del Govern», explicó. Antich quiso agradecer a todas las personas, tanto empleados públicos como ciudadanos anónimos, que se afanaron durante el miércoles en que los daños fueran los menores posibles.

Por su parte, el alcalde de Esporles dijo: «Todo el pueblo era un torrente y esperamos que tengamos las ayudas públicas suficientes para recuperar la normalidad. Espero que se declare la zona catastrófica porque un pueblo pequeño como el nuestro no tiene recursos para hacer frente a tanto desastre». Miquel Ensenyat añadió que se habían producido más desperfectos en bienes públicos, que en privados.