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La Audiencia de Palma dejó ayer visto para sentencia el juicio contra José M.M., de 69 años, acusado de homicidio en grado de tentativa por apuñalar en Marratxí a su hermano Antonio, y ello en el curso de un brote psicótico en el que el acusado afirma haber escuchado 'voces' de su víctima que guiaron su violento proceder. El fiscal reclamó ayer para José siete años de internamiento en centro penitenciario con pabellón psiquiátrico, para control médico de su desequilibrio mental.

Una característica procesal de ese juicio en la Audiencia fue lo irremediable de su celebración, aunque había acuerdo entre el fiscal y el defensor sobre la «medida de seguridad aplicable». El procedimiento no permite que una persona como José, a quien los forenses reconocen brotes psicóticos sobrevenidos que alteran su voluntad y capacidad para comprender el alcance y consecuencia de sus actos, firme una conformidad judicial que requiere pleno conocimiento.

Los hechos juzgados se remontan a la mañana del 19 de octubre del año pasado, cuando José acudió a casa de su hermano Antonio y, tras abrirle éste la puerta y sin mediar palabra, le clavó un cuchillo de cocina en el abdomen, en el pecho, en un muslo, en el cuello y en la cara. Las lesiones de la víctima requirieron una hospitalización de 38 días y le han dejado visibles cicatrices.

José declaró en su día que desde fecha no determinada creía escuchar la voz de su hermano, y que sometido por ese delirio se presentó en su domicilio con el ánimo de acabar con su vida.

Según el informe de los forenses que reconocieron al acusado tras la violenta agresión, ratificado ayer en la vista oral, se encontraba en estado de brote psicótico y padecía alucinaciones e ideación delirante, que produjeron una alteración completa de su capacidad para comprender el alcance y consecuencia de sus actos, así como una alteración completa de los controles de su voluntad.

No obstante el perjudicado señaló a la sala juzgadora su convencimiento de que su hermano actuó contra él en el curso de una alucinación, y renunció a la indemnizaciónl que acompaña a las sentencias de daño físico.