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JAVIER JIMÉNEZ Una mujer de avanzada edad y con una considerable sordera fue rescatada ayer por los bomberos de Palma cuando su casa estaba a punto de incendiarse. Los vecinos de la calle Cabrit i Bassa alertaron a las 13.45 horas de que la cocina de la señora estaba a punto de quemarse, ya que había algún alimento u olla en el fuego. Una unidad de los bomberos acudió a la vivienda, pero nadie abrió la puerta. Insistieron y al final un vecino explicó que la inquilina era sorda. Entonces consiguieron el teléfono y la llamaron: «No le entiendo, lo siento», repetía la anciana al otro lado del aparato. Un bombero intentaba explicarle, infructuosamente, que su cocina se iba a incendiar, pero la señora, muy educada, le contestó que como no entendía sus palabras le facilitaría el teléfono de una amiga que podía hacer de intérprete.


No había tiempo para tantos trámites y uno de los bomberos que se encontraba al otro lado de la puerta, en el rellano, sacó una radiografía y consiguió abrir la puerta sin necesidad de tirarla abajo. Entró en el piso y gritó a la mujer, que siguió sin enterarse de nada. Al final, se acercó a ella, le tocó el hombro y le dijo: «Ya puede dejar el teléfono, somos los bomberos». Lo más curioso fue la reacción de la mujer, que casi ni se inmutó por aquella inesperada aparición: «¿Ocurre algo?».