Los tres españoles detenidos aún en el Chad.

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AGENCIAS Los tres españoles que están detenidos en el Chad cumplieron ayer un trámite judicial clave que permite a su abogado pedir en las próximas horas su libertad provisional, informaron fuentes diplomáticas y de la defensa.

Los detenidos son los pilotos Agustín Rey, el menorquín Sergio Muñoz y el auxiliar de vuelo Daniel González. Los tres miembros de la tripulación prestaron ayer declaración ante un juez de instrucción de Yamena.

Según declaró el abogado Jean-Bernard Padaré, que defiende a varios de los europeos detenidos, aún faltan por declarar dos franceses y cuatro chadianos vinculados con la misma causa. Para hoy se espera que Padaré pida la libertad provisional para los tres españoles, según confirmaron a Efe fuentes diplomáticas.

Las fuentes dijeron que el juez tiene diez días para responder a esta petición, pero se desconoce cuándo podría darse el desenlace y, de aprobarse, cuándo podrían regresar a España los tres tripulantes. La declaración judicial de los tres tripulantes se hizo a puerta cerrada, pero después de declarar ante el juez el comandante de la aeronave, Agustín Rey, dijo que el trámite había ido bien. «Hemos dicho toda la verdad», agregó Rey. En Madrid, el Ministerio español de Asuntos Exteriores dijo que confía en que en las próximas horas «haya un desenlace» en la suerte de los tres tripulantes que están en Yamena.

En cuanto a las azafatas liberadas, Carolina Jean López Mils, la coruñesa, aseguró ayer que se encuentra «bien» pero «deseando que vuelvan» sus compañeros «en cuanto sea posible» y dio las gracias a los presidentes francés y español .

Otra azafata, la asturiana Tatiana Suárez, dijo que los días que permaneció retenida en el Chad «fueron interminables» y el tiempo que pasó en la cárcel «horrible».

Por otra parte, el reportero gráfico Marc Garmirian, uno de los tres periodistas liberados dijo estar «impresionado» por la determinación con la que los organizadores de la operación para trasladar a Francia 103 niños de el Chad ocultaron sus verdaderas intenciones.

«Tenían a más de cien personas trabajando para ellos y jamás les anunciaron cuál era el objetivo final de su operación», relató ayer Garmirian. «Estaban convencidos de que hacían el bien y de que tenían una misión que cumplir», añadió Garmirian, quien no obstante considera que 'El Arca de Zoé' «no es en absoluto una secta».

Garmirian cree, además, que los responsables de la ONG estaban preparados para tener problemas legales, incluso detenciones, pero una vez en Francia, donde habían preparado su llegada desde el punto de vista jurídico con las familias de acogida y los abogados, pero según recordó el reportero, la operación fracasó «en el último momento».