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FRANCISCO BARRASA
El fiscal interesó ayer nueve años de cárcel y quince de prohibición de acercarse a la víctima para Leando B.F., acusado de la violación de una mujer de 21 años en las primeras horas del 5 de abril del presente año, tras el cierre de una discoteca a la que el primero estaba vinculado por su profesión de camarero y a la que la segunda había acudido para una fiesta universitaria. Por su parte la acusación particular reclamó once años de prisión, y la defensa del reo pidió su absolución o tres años de reclusión en caso de que la sala apreciase una agresión sexual en grado de tentativa.

Durante la sesión que juzgó los hechos por espacio de cuatro horas en la Audiencia de Palma se apreció el cambio radical de testimonio del acusado, quien tanto en el atestado policial como en la declaración ante el juez instructor dijo haberse limitado a auxiliar a una mujer que podía haber sido asaltada sexualmente por desconocidos, negando cualquier contacto sexual con la víctima.

En el plenario de ayer Leando B.F. declaró que poco después de las 6 de la mañana de aquel día se ofreció para acompañar a la mujer a la busca de un taxi, pues ella se sentía algo indispuesta y habían desaparecido sus pertenencias del ropero de la discoteca. A partir de ahí su relato se refirió al intercambio consentido de unos besos y unos simples tocamientos, pero en ningún caso a relaciones sexuales plenas.

El relato de la víctima sin embargo retrató una escena en la que el acusado la apartó de la calle por la que caminaban esperando la aparición de un taxi hacia un lugar no transitado donde, contra su voluntad, retiró su ropa interior, la penetró y, según su apreciación, llegó a eyacular. Al término del asalto sexual, la mujer encontró a varios trabajadores de Emaya a quienes confió lo sucedido.