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Un hombre de etnia gitana y con numerosos antecedentes delitivos, efectuó ayer tarde un disparo contra un taxista, al que hirió en un brazo. Después intentó darse a la fuga a pie y al ver que unos testigos le estaban observando apuntó con el arma a uno de ellos, haciendo ademán de volver a disparar. Pero en este momento llegaron unidades policiales, por lo que el pistolero arrojó el arma de fuego, del calibre 9 milímetros corto, debajo de un coche estacionado e intentó darse a la fuga, hasta que pudo ser reducido y detenido. En la furgoneta que conducía los agentes encontraron una cantidad cercana al kilógramo de cocaína y una tableta de hachís. El taxista fue trasladado a Son Dureta y tras ser atendido se comprobó que el proyectil sólo le había rozado un hombro. Los hechos se iniciaron poco después de las cinco de la tarde en la calle San Vicente de Paul, en la zona de 'Corea', en Palma. Oficialmente todo comenzó a raíz de un accidente de tráfico entre una furgoneta Citroen Berlingo de color blanca y el taxi, un vehículo de la marca Citroen, modelo Picasso, también de color banco. El conductor del taxi relató que la furgoneta le estaba acosando por detrás y que, al detenerse, un hombre de etnia gitana se le acercó y desde fuera le disparó, fracturando al cristal de la ventana. Aunque, al principio, el taxista pensaba que el hombre le había lanzado un petardo. Después fue cuando el agresor se marchó a pie y varias personas que fueron testigos de lo ocurrido lo estuvieron observando. Entonces el hombre, cuando estaba a la altura de una tienda de ordenadores de la calle General Riera, apuntó a uno de los que le estaban mirando, y fue cuando llegaron patrullas policiales que habían sido alertadas, del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local. Tras arrojar el arma el hombre quiso huir, lo que intentaron evitar los funcionarios policiales, no sin un gran esfuerzo puesto que fueron necesarios cuatro agentes para reducirle. En principio, se deduce que el hombre iba «cargado» de cocaína y de ahí la excitación de que hacía gala. Los agentes de la Policía Local que se habían desplazado al lugar se quedaron en la zona, y de las investigaciones se hizo cargo el Cuerpo Nacional de Policía. El agresor, de la familia de los Medrano Carmona, quedó detenido, y el arma fue recuperada.