De complexión fuerte, estatura mediana, pelo corto y perilla. Así era el martes por la mañana Emilio Jorge Esclusa, el peligroso atracador de bancos que actuó en Son Servera. Hoy es probable que el delincuente haya cambiado su aspecto. Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y varias policías locales se han volcado en su búsqueda. El cerco se estrecha.
El hombre más buscado del momento tiene una treintena de años y cuenta con un amplio historial delictivo. Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), pero ha pasado casi toda su vida en Barcelona. Estuvo en una prisión catalana por atracos y luego cumplió condena en la cárcel de Palma, por el mismo motivo. Dicen que allí conoció a un amigo con el que compartía piso en Son Servera, hasta el pasado martes. En septiembre del año pasado, Emilio Jorge quedó en libertad. Se fue a vivir a Son Servera, a una casa de la calle Doctor Lliteras, y no hay constancia de que cometiera más delitos. Al menos hasta el martes, por la mañana, cuando irrumpió en el banco Sa Nostra de la Plaça de Sant Joan, armado con un cuchillo de cocina profesional de 30 centímetros.
Emilio Jorge no tomó medidas de precaución. Actuó a rostro descubierto, a pesar de que era vecino del pueblo y había muchísimas posibilidades de que fuera reconocido, tal y como ocurrió. Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre el origen de su temeridad: «Debía estar desesperado», apuntan unos; «Pensó que nadie lo identificaría», opinan otros.
En la sucursal parece ser que sólo se encontraba una empleada, que no ofreció resistencia. Le entregó 9.000 euros y el delincuente, satisfecho, se marchó de la oficina. A partir de ese momento se pierde su pista en Son Servera. Algunos vecinos señalan que se subió a un coche de color rojo, pero las fuerzas de seguridad no le dan demasiada credibilidad a esas informaciones. La operación cerrojo que se puso en marcha tras saltar la noticia del atraco no permitió interceptar al hampón fugado. Se montaron controles en las vías de salida de Son Servera, sin resultado alguno. Luego se repartieron fotografías del sospechoso en los cuarteles de la Guardia Civil, las policías locales de la zona y el Cuerpo Nacional de Policía de Manacor.
El aeropuerto y el puerto fueron puestos al corriente de la identidad del fugitivo, por si intentaba salir de Mallorca en avión o barco. Tampoco ha sido el caso, de momento. Efectivos de paisano, de uniforme y Policía Judicial están peinando amplias zonas, en busca del atracador, y todo hace pensar que Emilio Jorge ha conseguido un piso franco, una guarida donde esperar a que amaine el temporal.
«Tendrá que salir algún día», vaticinan los investigadores. «Y entonces caeremos sobre él», añaden. De momento, sin embargo, la pregunta que se formulan las fuerzas de seguridad es la misma: ¿Dónde se esconde Emilio Jorge?
«Dicen que es cuestión de días que lo cojan, pero ese hombre no aparece». Antoni, un vecino de Son Servera, se muestra escéptico sobre la inminente detención del atracador que asaltó Sa Nostra de la Plaça de Sant Joan. En los bares y cafeterías el atraco aún colea, aunque han pasado varios días desde que se cometió. Es un tema recurrente: «¿Ya lo han cogido?», se oye preguntar a menudo. Joana, una mujer de edad, reconoce que algunas personas tienen miedo: «Hace años podías dormir con la puerta abierta en el pueblo, ahora las cosas han cambiado. Imagino que en el resto de Mallorca ocurre lo mismo».
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