TW
0
JULIO BASTIDA Se llama Lorenzo Vazquiane Sánchez y, desde hace varios años, este extremeño residente en Manacor se hace cargo de un terreno en S'Albufera, en el término municipal de sa Pobla.

Lorenzo nunca pensó que por culpa de una acequia de agua mantendría una disputa con dos de sus vecinos.
Los hechos se remontan varios años atrás, cuando al parecer una acequia real de riego denominada Son Senyor seguía su curso natural. De repente y, según la versión relatada por Lorenzo Vazquiane, «estos dos vecinos, que quieren hacerse dueños de todo, cerraron la acequia e hicieron un camino por encima de la misma. A raíz de tapar el dispositivo de riego esto provocó que cuando llovía la finca me quedaba totalmente anegada y la cosecha destrozada». «Quieren echarme, que me vaya de sa Pobla y que les deje hacer lo que quieran», agregó.

Lo que a primera vista parecía una simple riña vecinal, se ha convertido en una auténtica batalla campal en la que se han interpuesto varias denuncias y han llegado a las manos en varias ocasiones.

Después de mantener varios litigios abiertos en el Ajuntament de sa Pobla y Govern balear, las disputas son continuas. Hace algo más de un año, uno de los vecinos atropelló a Lorenzo con un coche y tuvo que ser atendido por los facultativos. Los hechos fueron denunciados ante los Juzgados de Inca y se dictó una sentencia favorable al demandante.

«Cuando me atropellaron, que me pasaron con el coche por encima, el juez les condenó y me tuvieron que indemnizar a razón de 15 días. Yo soy grande y fuerte y no me dan nada de miedo, pero a varios vecinos de la finca los tienen atemorizados y hacen con ellos lo que quieren. Cada vez que los veo por la calle me suben el puño en señal amenazante y me provocan. La Guardia Civil, que me conoce, me ha dicho que vaya por lo legal y que no me tome la justicia por mi mano», añadió Vazquiane.

Lorenzo, cansado de que las autoridades no le hicieran caso, finalmente decidió abrir la acequia por el interior de su finca y así evitar el problema suscitado con sus vecinos. «Solicité el permiso al Govern balear y una vez que me lo concedieron hice la acequia por dentro de mi finca. Yo pensaba que ya no tendría más problemas y ahora resulta que estos señores me taponan los tubos y me echan cristales para que me corte. Ya no sé que hacer, lo que tenía que ser mi hobby, sembrar mis calabazas, mi grano etc.. se está convirtiendo en mi pesadilla», apunta Lorenzo.

«El alcalde de sa Pobla prefiere tener 24 horas a una pareja de municipales vigilando una casa de citas antes que preocuparse de cumplir la Ley y tomar cartas en el asunto. Una vez, le estaba contando los problemas que tengo y me echó del despacho. Yo no quiero decir nada, pero podría tratarse de un problema de racismo porque yo soy extremeño y ellos son mallorquines de sa Pobla, ¿entiendes?», afirma Vazquiane.