A las cuatro de la tarde comenzaron a llegar vehículos policiales, uno tras otro, a los juzgados de Vía Alemania. El Juzgado de Instrucción número 7 estaba de guardia y sus funcionarios ya sabían, por la mañana, lo que se les venía encima: «Será un día muy largo».
Y así fue. A pesar de que la operación antidroga fue conjunta entre la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, fueron éstos últimos los que organizaron el traslado de la treintena de implicados. En un principio estaba previsto que la mitad prestaran declaración ayer y el resto hoy, para no colapsar el juzgado, pero por motivos que se desconocen se cambió de idea y llegaron los 33 juntos. A las ocho de la tarde ninguno de ellos había empezado a declarar, algo bastante extraño teniendo en cuenta el volumen de trabajo que se avecinaba.
23 de los imputados son de nacionalidad marroquí, nueve españoles y hay un italiano. Éste último era al parecer un infiltrado que pretendía robar parte de la droga a la banda. En un principio eran 34 los detenidos, pero uno de ellos ha quedado en libertad por falta de pruebas inculpatorias. La organización de narcotraficantes estaban planeando establecerse en Mallorca, como punto de distribución de la droga que llegaba de Marruecos y se desviaba a Europa. Antonio S.G., uno de los arrestados, es el hijo de un conocido empresario mallorquín en cuya finca de Valldemossa se halló el alijo de tres toneladas. El encargado de la possessió también fue detenido.
Los acusados se han negado a declarar en las dependencias de la Jefatura de Policía, en la calle Ruiz de Alda, donde han permanecido dos días privados de libertad en los calabozos.
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