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AGENCIAS-JUYUAN Cuatro días después de que China, especialmente la provincia de Sichuan, temblase por un terremoto de 7'8 grados en la escala de Richter, sigue sin conocerse con fiabilidad la magnitud del desastre. Las autoridades elevaron la cifra de víctimas mortales a alrededor de 15.000 y a 14.000 el número de desaparecidos, mientras los equipos de rescate se afanan en sus labores para buscar supervivientes entre las 25.000 personas que se calcula quedaron atrapadas entre los escombros.

El seísmo del lunes, del que se han producido en torno a una veintena de réplicas con una magnitud superior a 5 grados, ha dejado al sudoeste de China sumida en el caos. El Gobierno ha desplazado a la zona un amplio contingente y ha activado sus primeras partidas económicas, aunque conforme se agotaba el tiempo para las miles de personas sepultadas bajo los escombros y el lodo los esfuerzos eran si cabe más intensos. Por ello, hoy se sumaron nuevos efectivos a las labores de búsqueda y rescate, entre ellos soldados, pero también grupos de supervivientes y socorristas que hurgan entre las grietas de los escombros de casas, hospitales o escuelas.

Se calcula que hay más de 25.000 personas atrapadas por los destrozos, por lo que el primer ministro del país, Wen Jiabao, coordina desde el terreno los esfuerzos gubernamentales. «Si hay alguna luz de esperanza, pongan todo lo posible en las labores de rescate», afirmó ante un grupo de responsable de estos equipos, según la agencia Xinhua.

El terremoto, el peor desde que 300.000 personas perdiesen la vida en 1976 por un incidente similar, ha dejado a su paso decenas de miles de muertes, unos 15.000 según las últimas estimaciones, que hablan también de casi 65.000 heridos.

Siete helicópteros del Ejército lanzaron ayer mediante paracaídas 9'1 toneladas de materiales de ayudas sobre Wechuan, epicentro del temblor. La práctica totalidad de las vías de acceso a los lugares afectados, que también sufren carencias básicas de electricidad, agua o comunicaciones, ha llevado a las autoridades a optar por el aire como forma de refuerzo para llevar el auxilio.