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FAUSTO RAMOS-P.M. El Grupo de Atracos del CNP de Palma ha detenido a cuatro personas acusadas de un delito de tráfico de armas. La policía ha intervenido más de cien armas de guerra y sustancias explosivas. Los detenidos son Juan Francisco Pujadas, de 59 años; Ramón M.H., de 38; Luis O.S., de 34 y Bartolomé R.T., de 57 años.

Pujadas tiene antecedentes en Palma por el mismo delito. La última detención conocida fue en enero de 1989, cuando se le intervino en el aeropuerto de Son Sant Joan un fusil automático, dos pistolas, una bayoneta y munición.

El último de los detenidos quedó en libertad con cargos tras declarar ante la policía. Los tres restantes fueron prestados ayer ante el juez y quedaron en libertad. Pujadas es propietario de un establecimiento comercial sito en la calle Costa d'En Brossa de Palma, dedicado a la venta de efectos de coleccionismo militar. En la rueda de prensa que se dio ayer por parte del delegado del Gobierno, el jefe superior, el jefe de la UCOT y el comisario jefe de la Policía Judicial, se informó de que Ramón M.H. y Luis O.S. son dos presuntos compradores de las armas que se vendían en el local de Pujadas. De los registros efectuados se han intervenido 26 pistolas, 15 subfusiles, 12 fusiles, 16 revólveres, un lanzabengalas, 3 ametralladoras, 3 escopetas, 6 armas de avancarga, 2 rifles, 14 cañones de armas cortas y largas, 4 silenciadores, 70 cargadores, 25 kits de recarga de munición, 60 portaplacas con insignias, 37 botes de pólvora y 340 kilogramos de munición de diferentes marcas y calibres.

De las diferentes armas intervenidas hay algunas que pueden tener capacidad de fuego real y están en pleno uso, como son 9 pistolas, 2 revólveres, 1 carabina, 1 fusil de asalto, 1 subfusil y 1 ametralladora con bípode, estando a la espera de su estudio por expertos, por si las mismas han podido ser utilizadas en otros hechos delictivos.

En el transcurso del registro en el comercio se encontraron en el sótano un par de maderas con diferentes impactos de al parecer balas, por lo que se desprende la posibilidad de que estas fuesen utilizadas para comprobar el fuego real de las armas intervenidas.