Los trozos chamuscados de la avioneta permanecen junto a la caseta de aperos de sa Pobla. Foto: NURIA RINCÓN-ELENA BALLESTEROS

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JAVIER JIMÉNEZ

«Ha sido muy impactante, los cuerpos estaban terriblemente destrozados». Un miembro de la Policía Local no podía ocultar ayer al mediodía, minutos después del accidente, su impresión por el panorama que se encontró en la finca de ses cases de Tapalí, en sa Pobla. Una avioneta con tres ocupantes se acababa de estrellar contra el suelo y, después, contra una casera de aperos. El resultado: los tres tripulantes fallecidos.

La avioneta Cessna 172, con matrícula EC-IRP, había despegado del aeródromo de Sabadell y a eso del mediodía aterrizó a Son Bonet, donde repostó. El matrimonio y el dueño del aparato participaban en un rally aéreo y se dirigían a Sant Lluís, en Menorca. No está confirmado si en Son Bonet revisaron el funcionamiento de la nave, como es habitual en estos casos, pero quince minutos después de despegar la Cessna perdió altura y se estrelló, entre sa Pobla y Búger. Los primeros en llegar hasta la finca fueron los agentes de la Policía Local de sa Pobla, apoyados luego por bomberos de Inca y de Alcúdia. La Guardia Civil acordonó la zona y un capitán supervisó la investigación in situ. El panorama que se encontraron fue desolador: dos de los cuerpos estaban juntos y el tercero a unos cinco metros. Todos ellos habían quedado en un estado difícil de describir, lo que evidencia la violencia de la colisión.

La avioneta y la caseta todavía estaban humeantes, ya que se había declarado un incendio al arder el depósito de la nave. En la casa, afortunadamente, no había nadie, ya que se utiliza para guardar material agrícola.

Los agentes de la Policía Judicial tomaron las huellas de los tres cadáveres, mientras el juez de guardia de Inca era informado de todos los pormenores del accidente.

Los investigadores acordonaron la finca para evitar que los periodistas se acercan al perímetro y durante varias horas recogieron indicios en aquellos terrenos. Según la reconstrucción provisional de los hechos, la avioneta chocó inicialmente contra el sembrado y después salió rebotada contra la caseta y una higuera, que la partió por la mitad.

Esteban, su mujer Gloria y Ventura, los tres ocupantes del aparato, todos ellos catalanes, fallecieron en el acto y sus cuerpos fueron trasladados por la funeraria hasta el instituto anatómico forense, donde se les efectuará la autopsia en las próximas horas. Todos los datos, de momento, apuntan a un fallo mecánico de la avioneta, de ahí que los investigadores pongan especial interés en saber si el aparato pasó la revisión en el aeródromo de Marratxí.

Numerosos vecinos de sa Pobla y Búger se trasladaron ayer tarde hasta las casas de Tapalí, tras extenderse la noticia del accidente aéreo.

La Guardia Civil está investigando la declaración de una vecina de sa Pobla que escuchó una detonación segundos antes de que la avioneta se estrellara. Por este motivo, no se descarta que se produjera una explosión a bordo, pero este extremo deberá confirmarlo el CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil). Un equipo llega hoy a Palma para sumarse a la investigación.