Durante la última semana, la cárcel de Palma ha llevado a cabo una serie de actividades con motivo de la festividad de su patrona, Nuestra Señora de la Merced. Ayer se celebró el acto principal al que asistieron, como suele ser habitual, muchas de las principales autoridades políticas, civiles y militares de Balears.
La jornada festiva de ayer sirvió también de carta de presentación del nuevo director de la cárcel, Manuel Avilés, quien accedió al cargo hace un mes y medio, y estuvo marcada por los últimos acontecimientos acaecidos en el centro, relacionados con la desarticulación de una presunta trama de funcionarios que realizaba favores a presos y traficaba con drogas. Sobre este tema giraron los discursos tanto del nuevo director del centro, como del delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socías.
Antes de comenzar su discurso, Avilés pidió un minuto de silencio, ya que el militar asesinado por ETA el pasado lunes era hermano de una funcionaria de prisiones de Segovia y cuñado de otro funcionario en esta misma ciudad. Durante su parlamento, Avilés recordó las dificultades que conlleva la realidad penitenciaria y continuó pidiendo la ayuda de las administraciones para lograr la reinserción de los presos. El nuevo director indicó que los 45 días que lleva al frente de la cárcel han sido intensos y destacó: «No he encontrado un desastre en la prisión de Palma y he encontrado una plantilla y un colectivo de trabajadores jóvenes e ilusionados, con ganas de desempeñar la tarea pública para la que han sido contratados por el Estado». Sobre la trama de funcionarios que fue detenida, Avilés afirmó que «seremos los más felices» cuando la justicia depure responsabilidades.
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