Los hechos ocurridos ayer en el cuartel de Palmanova son de los más graves que se recuerdan en los últimos años en el Cuerpo.

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JAVIER JIMÉNEZ La Guardia Civil ha abierto una investigación interna para aclarar unos graves incidentes que ocurrieron a primera hora de la mañana de ayer en Punta Ballena, en Magaluf. Un agente fuera de servicio se sobrepasó supuestamente con una joven en un bar y luego se enfrentó y lesionó a tres compañeros que querían calmarlo. También destrozó a golpes una puerta, ya en el cuartel de Palmanova. El funcionario no ha sido detenido, pero le han retirado el arma.

El guardia civil, que tiene unos 25 años y lleva varios en el Cuerpo, está destinado en el cuartel de Palmanova y en la madrugada de ayer salió de copas por la zona de Punta Ballena. En un conocido bar de la zona, que abre a primera hora de la mañana, se encontró con una joven, al parecer de nacionalidad británica. El funcionario, supuestamente, se excedió con ella y la manoseó, por lo que fue amonestado por los encargados de seguridad del local. El guardia, entonces, se encaró con ellos y les recordó que era agente del orden.

Un grupo de guardias civiles que estaban por la zona mediaron para apaciguar los ánimos y el joven fue trasladado al cuartel de Palmanova, ya que estaba muy irascible. Allí su nerviosismo fue en aumento y golpeó a uno de sus compañeros en las costillas. A otro le mordió y a un tercero le propinó un cabezazo cuando estaba en el cuarto de baño. También rompió a golpes una puerta del recinto, valorada en más de 350 euros. Algunos turistas que acudían al cuartel para denunciar algún delito fueron testigos de la furia del funcionario, y se marcharon apresuradamente. Delante de un grupo de compañeros, que intentaba calmarle, profirió amenazas de muerte, lo que motivó que se decidiera retirarle el arma.

La pistola la tenía en su casa, que comparte con otro funcionario, y una patrulla se desplazó rápidamente hasta el domicilio y la intervino, para evitar males mayores. Un sargento se llevó al guardia del cuartel, pero se le permitió regresar a su casa. La noticia de lo acontecido en el bar de Punta Ballena y la posterior «batalla campal» dentro del cuartel se propagó como la pólvora por la Comandancia de Palma y por otros acuartelamientos de la Isla. De hecho, los graves incidentes de Magaluf eran el tema de conversación entre muchos miembros del Cuerpo.