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El magistrado Javier Pérez, que instruye la investigación del accidente de Spanair, comenzó ayer a tomar declaración a la primera ronda de testigos, que se centró en los agentes de la Policía Nacional que participaron en el salvamento de las víctimas y en la recogida de objetos en el escenario de la catástrofe, informaron ayer fuentes jurídicas.

Con el informe preliminar de la Comisión de Investigación sobre su mesa, el instructor de la causa dio inicio a la fase testifical marcada para los días 17, 22, 24, 27 y 31 de octubre. Las testificales ordenadas por el juez se dividen en tres grupos: los policías que intervinieron tras el impacto; testigos presenciales de la catástrofe; y perjudicados directos.

El próximo viernes, el juez escuchará a seis testigos indirectos, entre ellos una azafata de Iberia que presenció desde otro avión el impacto del vuelo JK-5022, un técnico de mantenimiento y varios trabajadores de la compañía Newco, que se ocupa del servicio de asistencia en tierra.

El 27 de octubre, otros cinco testigos relatarán al magistrado los hechos que presenciaron. Entre ellos, se encuentran las personas encargadas de repostar el avión y empleados de Newco. El día 31, declararán personas que se dedican al mantenimiento de las pistas de Barajas. La fase testifical se abre después de que el juez haya recibido el informe preliminar de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), que se hizo público el pasado 9 de octubre.

El documento constata que los 'flats' y 'slats' de las alas de la aeronave de Spanair no estaban configurados para el despegue y los pilotos no tuvieron constancia de ello porque los sistemas sonoros de aviso (TOWS) no funcionaron.

En cuanto a la reversa, que en un principio se apuntó como una de las posibles causas del siniestro, se ha comprobado que no existió un comportamiento «anómalo» respecto a este mecanismo.

La CIAIAC agrega que seguirá investigando para «obtener evidencias adicionales» para conocer la configuración del avión en el momento del accidente y del funcionamiento de los sistemas de aviso en la cabina. «Será necesario emprender exámenes y revisiones exhaustivas de los elementos recuperados del avión que tengan que ver con ese objetivo», señaló la Comisión.

Por otra parte, dos de los siete heridos que permanecían ingresados en hospitales madrileños como consecuencia del trágico accidente aéreo de Barajas del pasado 20 de agosto han sido dados de alta ayer en el hospital Ramón y Cajal, según el parte médico facilitado por la Consejería de Sanidad de la capital.