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JULIO BASTIDA Algunos vecinos y residentes de la zona lo han bautizado como: «El canal de la muerte», y no es para menos. Desde hace varios años los lagos y canales que se encuentran integrados en el casco urbano de la localidad turística de Alcúdia han sido tristes protagonistas del fallecimientos de decenas de personas.

Las causas que han ocasionado la muerte de numerosos ciudadanos son son diversas; accidentes de coche que acaban inmersos en las aguas pantanosas, algunos suicidios, imprudentes que bajo los efectos del alcohol se lanzan al agua y algunos accidentes ocasionales completan una larga lista de casos que acabaron con la vida de los implicados.

Miquel Ferrer, alcalde de Alcúdia, en declaraciones realizadas a Ultima Hora, afirmó: «Nuestro municipio cuenta con una amplia red de kilómetros de lagos y canales dentro del núcleo urbano. Hace unos cinco o seis años hicimos una gran reforma de un coste superior a seis millones de euros para arreglar el mobiliario urbano, iluminación etc.. desde el Ajuntament hemos hecho todo lo posible para evitar desgraciados accidentes. Quiero dejar muy claro que el interior de los canales y lagos es competencia de Demarcación de Costas », concluyó el primer edil. Por otra parte, algunos vecinos consultados afirmaron: «El problema es que los lagos están a pie de la zona peatonal. Aquí no hay ni una simple barrera. Yo he visto un hombre pasear a su perro a la vez que hablaba por el teléfono móvil y acabar dentro del agua», concluye Juan, un vecino residente en la temporada estival.

Fuentes próximas al departamento de policía no dudan en manifestar que: «Prácticamente cada día suele caer un contenedor al agua. Los días de fuerte temporal y viento son decenas los que caen. Además en los últimos años varios coches han acabado en el interior».

El pasado mes de mayo, el joven Jonatan Jesús Luque perdió a su madre en un trágico accidente de tráfico en el que cayó su vehículo al interior de un canal, junto a la Avinguda Pere Mas i Reus del Port d'Alcúdia.

El hijo, días después del fallecimiento de su progenitora denunció públicamente las irregularidades existentes. Luque decía: «La iluminación de noche no es suficiente, hay curvas con contenedores que tapan la visibilidad, no hay señalización que avise del peligro, no hay reflectantes en los bordillos. Sólo quiero que la muerte de mi madre no sea en vano, que no le vuelva a ocurrir a otra persona».