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JAVIER JIMÉNEZ El dentista de Palma detenido el miércoles por supuestos abusos sexuales a una paciente ya fue denunciado en 1991 por los mismo hechos. En aquella ocasión, la víctima fue una joven a la que tenía que blanquear los dientes. Mateo M.P. fue condenado a pagar una multa de 100.000 pesetas y siguió ejerciendo.

Ultima Hora ha podido saber que en aquella ocasión la denunciante fue una joven que en 1991 tenía 21 años y cuyas siglas son M.G.F. La chica quería blanquearse los dientes y contactó con el profesional, que le dio hora en su consulta de Palma. Cuando llegó, la víctima se extrañó de que no hubiera enfermeras u otros pacientes y después supo que ese día Mateo M.P. estaba solo en el despacho. El facultativo, según aquella denuncia, le desabrochó el sostén y le dio un masaje, que nada tenían que ver con el blanqueamiento dental que había solicitado la clienta.

La joven decidió interponer una denuncia contra él por tocamientos deshonestos y se abrió un proceso contra el médico, que contrató a uno de los abogados más conocidos de Palma para su defensa.

La víctima, en aquella época, se quejó de que ningún compañero del dentista quiso declarar contra él ni explicar que la citara en su día libre, sin enfermeras u otros pacientes en la consulta, era un procedimiento del todo anormal. Finalmente, consiguió la declaración escrita de una profesional del gremio y se abrió el juicio contra Mateo M.P.

La denunciante también criticó el corporativismo del Colegio Oficial. El doctor, en 1992, fue condenado a pagar una multa de 100.000 pesetas y no se le apartó de su profesión. Ahora, 17 años después, una paciente ha vuelto ser denunciado por el mismo motivo. En esta ocasión, se trata de una vecina de Artà que acudió a su consulta para una revisión, ya que estaba de baja laboral por una hernia discal. Mateo M.P., además de dentista es inspector de la Seguridad Social, y se encarga de seguir la evolución de algunos lesionados, para darles el alta o continuar con la baja.

Durante la inspección, según la víctima, el doctor le introdujo los dedos en sus partes íntimas. La primera denuncia se interpuso en el cuartel de la Guardia Civil de Artà y después el caso pasó a la Policía Judicial de la Benemérita, en la Comandancia palmesana de la calle Manuel Azaña. Los agentes investigaron discretamente al médico y el miércoles procedieron a su detención. Pasó recluido en los calabozos desde la mañana hasta la tarde, y tras prestar declaración y negar los hechos quedó en libertad con cargos. En los próximos días deberá presentarse en el juzgado para someterse al interrogatorio del juez.