La empresa funeraria retiró ayer por la mañana el cuerpo sin vida de Iris. Fotos: MICHELS

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JAVIER JIMÉNEZ Murió por el frío. Iris Perkins, la británica desaparecida en Santa Ponça desde el pasado sábado, fue hallada sin vida ayer en el rellano de un complejo turístico, con las ropas mojadas e indicios claros de haber fallecido por las bajas temperaturas del fin de semana. Los investigadores creen que pudo tropezar en un escalón y ya no pudo levantarse.

Poco después de las ocho de la mañana de ayer, tres empleados "dos alemanes y un colombiano" se encontraban trabajando en el complejo Cala de Oro, en la calle Bellavista 90 de Costa de la Calma. Uno de ellos, en concreto el sudamericano, se alejó del grupo para buscar agua y, de improviso, se topó con el cadáver en el descansillo, junto a una gran maceta y un escalón.

Los servicios de emergencia fueron movilizados rápidamente y hasta aquella dirección se desplazaron efectivos de la Policía Local, Guardia Civil, una doctora y la Policía Judicial, que acordonaron la zona para poder completar la inspección ocular.

El forense también acudió a los apartamentos y confirmó que la víctima llevaba unos días sin vida. El hijo de Iris reconoció el cuerpo y poco después se llevó a cabo el levantamiento del cadáver. La señora, de 78 años de edad, no presentaba señales de violencia y en breve se conocerán los resultados de la autopsia.

Iris Perkins llegó a Mallorca el pasado sábado, acompañada de su marido, y tenía previsto pasar seis semanas en Mallorca, alojada en unos apartamentos. En la tarde noche la pareja visitó un supermercado y después ella se perdió. A la una de la madrugada acudió a un bar, donde pidió un café y mostró dinero en moneda extranjera. Al salir casi la atropella un coche. Llovía y las temperaturas eran muy bajas. Todo indica que Iris estaba desorientada y se adentró en el complejo porque estaba perdida. En invierno no hay residentes y nadie la vio cuando se desplomó en el rellano, hasta que ayer encontraron su cuerpo inerte.