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JULIO B./ASSUPTA B./GUILLEM M.

«Perdona que no pueda contener las lágrimas, pero estoy destrozado. Oímos un gran estruendo y todo el hotel tembló. Me giré para ver lo que había pasado y vi como había gente que por miedo se tiraba desde una altura de unos dos pisos para evitar ser sepultados», afirma Abdoulaye, uno de los trabajadores que trabajaba como montador de andamios en el hotel desplomado y que milagrosamente consiguió salvar la vida.

Una de las primeras personas que pudo abandonar el hotel fue Antonio Sureda, un joven que curiosamente había empezado ayer a trabajar en la obra. Su cara reflejaba el drama vivido. «Que poco ha faltado! De milagro he conseguido salvarme. Era la hora del almuerzo y algunos de los operarios estaban fuera. He oído un ruido muy fuerte, me he girado y he visto como la planta se hundía. Me he puesto a correr y detrás de mi los escombros iban cayendo. Era terrible. Sólo podía correr para salvar mi vida».

Manuel, otro compañero que trabajaba en el sótano explicaba que «han caído tres plantas más el sótano. Éramos una cuadrilla de diez personas y todos hemos salido ilesos. Me he dado cuenta de la tragedia porque he oído mucho ruido. Hoy hemos vuelto a nacer».

Otro trabajador, muy afectado y que nos solicitó mantener su anonimato nos relataba: «Hoy es mi cumpleaños. He vuelto a nacer. Todo el hotel tembló y yo en ese momento pensaba que todo se acababa. Además mi hijo, que también trabaja conmigo, lo perdí de vista y el mundo se me cayó encima. Poco después lo vi y respiré. Además, antes de que llegasen las primeras dotaciones de emergencia entre los supervivientes intentamos sacar a los heridos entre los escombros. Luego me vine abajo. No quiero hablar. Perdonarme, no quiero hablar», y rompió en llanto.

La extracción de los cuerpos sin vida de los escombros se prolongó durante varias horas. Un tiempo de espera inquietante en los que se vivieron escenas de dramatismo y dolor.

A las 13:50 horas, el silencio se rompió por los gritos y sollozos de una joven. Acababan de comunicarle que uno de los cuerpos sin vida localizados pertenecía a uno de sus familiares. Los psicólogos, los amigos, allegados y conocidos intentaban consolarla sin éxito. A las 14:20 horas, nuevamente se revivían escenas de dolor al proceder a la comunicación de nuevas víctimas. Poco después, los familiares eran conducidos en autobuses hasta el hotel S'Illot.

El Ajuntament de Capdepera realizó en la jornada de ayer, a las cinco de la tarde, un pleno extraordinario donde se decretó tres días de luto oficial en el municipio.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron más de un centenar de periodistas nacionales.