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JAVIER JIMÉNEZ Antonio Caldés Serra, un gran aficionado al ciclismo, de 49 años de edad, falleció ayer al ser arrollado por un coche en la carretera vieja de Bunyola.

La víctima, que formaba parte del club ciclista Els Tortugues, salió solo con su bicicleta, para entrenar por aquellos caminos próximos a Son Reus. A la altura del kilómetro 8 un Seat León pilotado por un joven invadió el carril contrario y se estrelló frontalmente contra Antonio Caldés, que salió despedido contra la pared de una finca. Su cuerpo quedó en los bajos del coche, aparentemente inerte. Otro ciclista amigo de Caldés, que entrenaba en la misma zona, se encontró con el drama.

Los servicios de emergencia enviaron hasta ese punto kilométrico a una ambulancia del 061, a los bomberos de Palma y a la Guardia Civil, que se encontraron con que el ciclista ya había fallecido. Los bomberos desconectaron la batería del Seat León y la Benemérita abrió una investigación para aclarar las circunstancias del atropello.

El conductor, que estaba tremendamente afectado, contó que había perdido el control de su turismo por una maniobra agresiva de una furgoneta, que después desapareció de la escena del accidente. Los agentes, sin embargo, no encontraron ni rastro de ese vehículo, que tampoco fue visto por ningún otro conductor.

Antonio Caldés salía con frecuencia a entrenar con su bicicleta y una de las rutas que solía elegir era la que ayer le costó la vida. La Federación Balear de Ciclismo emitió ayer un comunicado en el que lamentaba la muerte del cicloturista y hacía llegar sus condolencias a «su hija, familiares, compañeros y amigos».