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G.P.-E.B. A pesar de que se ha iniciado una investigación por parte de la Guardia Civil para determinar las causas del derrumbe, se baraja como hipótesis que se debió a un fallo en el apuntalamiento de la estructura. Esta valoración inicial fue compartida tanto por Joan Nicolau, el gerente de la empresa Cimientos y Construcciones, que se encarga de ejecutar la obra de Can Ramis, como por Juan Antonio Zamorano, responsable de salud laboral de Comisiones Obreras.

Nicolau manifestó: «Todavía es pronto y hay que esperar un poco para saber las causas, cumplíamos con las medidas de seguridad a rajatabla y esto no tenía que suceder». El gerente apuntó que en el techo «va una capa de 20 centímetros de hormigón de grosor, por lo que no creo que se haya caído por el peso, posiblemente haya fallado algún puntal y al caer ha provocado un efecto dominó». En el mismo sentido se expresó Zamorano, quien consideró que «ha habido un error de cálculo y han fallado los puntales, que parece que no son los adecuados para aguantar el peso y se han desplomado como un castillo de naipes».

El alcalde de Alcúdia, Miquel Ferrer, consideró que «sería aventurado decir las causas y ahora lo más importante son los heridos». Ferrer, no obstante, recordó que «se trata de una obra pública que ha sido adjudicada correctamente y el estudio de seguridad y salud son correctos».

El edificio de Can Ramis ha estado envuelto de cierta polémica, después de que se denunciaran ante la fiscalía presuntas certificaciones de trabajos no realizados, para hacer frente al pago de los extras surgidos en la reforma de la plaza anexa, que también iba en el proyecto. Finalmente la fiscalía archivó la denuncia. Posteriormente la empresa adjudicataria inicial presentó concurso de acreedores y se tuvo que convocar otro concurso. Fue entonces cuando se anularon las certificaciones anteriores y se adecuó el proyecto a la realidad. En el pasado mes de noviembre se reanudaron las obras por parte de la nueva adjudicataria.