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La sección segunda de la Audiencia de Palma inició ayer el juicio contra P.Q.B., el ex director de es Pinaret acusado de violar a un joven inmigrante en su domicilio particular, el 16 de septiembre de 2006. El fiscal pide inicialmente 13 años de cárcel para el procesado, de 57 años de edad, quien negó ante el tribunal los hechos que se le imputan.

En la sesión de ayer declararon el acusado, la supuesta víctima y los testigos. Hoy está previsto que se reanude el juicio con el testimonio de los forenses y que los abogados expongan sus conclusiones.

En su declaración ante el tribunal, el procesado P.Q.B. y la supuesta víctima mantuvieron versiones opuestas. Mientras que el acusado dijo que las relaciones fueron consentidas, el denunciante, procedente de Mali y que llevaba unos dos meses en España cuando ocurrieron los hechos y se encontraba en situación ilegal, aseguró que fue violado.

P.Q.B. indicó que no conocía al denunciante pero sí a su hermano. Le llamó para ver si le podía ayudar a reparar y pintar la fachada de la terraza de su casa, y éste le dijo que él no, pero su hermano sí. Entonces, el día 16 de septiembre de 2006, P.Q.B. fue a su casa con el joven inmigrante. Tras los trabajos realizados en la terraza, le pagó 20 euros, le dijo que se podía duchar, y el inmigrante aceptó. Según P.Q.B., cuando el joven salió de la ducha, «nos miramos, nos sonreímos, nos sentamos en el sofá y empezamos a besarnos y a acariciarnos». «Fue una situación mutua, no lo obligué a sentarse en el sofá, luego yo me puse aceite en la parte genital y nos estuvimos besando y acariciando hasta que eyaculé», agregó el procesado, quien aseguró que «no hubo penetración anal». Después, P.Q.B explicó que «comimos algo, miramos un rato la tele y lo acompañé hasta su domicilio». Una semana después el inmigrante interpuso la denuncia. P.Q.B. afirmó al respecto: «Puede que tuviera mala conciencia y es más fácil echarme a mí la culpa, y también porque metiéndose en un procedimiento de este tipo quedaba en suspenso su expulsión».

El joven inmigrante sostuvo en todo momento que cuando se duchó, P.Q.B. le escondió la ropa y cuando salió de la ducha con la toalla el acusado lo abordó. Primero le cogió de la mano y lo empujó contra una silla, después lo llevó hasta la habitación, lo puso boca abajo inmovilizándolo por el cuello, le colocó una crema en el ano y lo violó.

El inmigrante explicó que no se resistió por miedo, porque en ese momento pensaba que podía ocurrirle lo peor. El joven denunció los hechos al cabo de una semana, cuando P.Q.B. llamó a su hermano para pedirle que le ayudara de nuevo con los trabajos de reparación de la casa y él se negó.

La víctima agregó que no dijo nada hasta este momento porque creía que su hermano podía actuar con rabia contra el acusado, ya que en su cultura «no se puede pensar bajo ningún pretexto que ocurra una cosa así entre dos hombres».