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Con el banquillo de los acusados vacío, un ciudadano español y una rumana fueron juzgados ayer en Palma por participar en una red de proxenetismo. Ninguno de los dos acusados compareció en el juzgado, ya que se encuentran en A Coruña y afirmaron que carecen de medios para volar desde Galicia a Palma.

La Fiscalía considera a los dos acusados cómplices de una red que introducía en Mallorca a mujeres desde Rumanía y las explotaba con finalidad sexual en un club de s'Arenal. Por la misma causa ya fue condenado a dos años de cárcel el dueño del local, un ciudadano español. En ese juicio, el condenado se declaró culplable a cambio de una reducción de pena. Además, la pena de prisión se sustituyó finalmentepor una multa.

Los hechos afloraron en el año 2007 cuando una chica recién llegada a Mallorca se fugó del prostíbulo. La joven, de apenas 18 años de edad, logró llegar hasta el aeropuerto de Son Sant Joan andando desde s´Arenal. Allí pidió ayuda a la Policía Nacional y denunció que la habían encerrado en un piso para obligarla a prostituirse en el club.

A raíz de la denuncia, la Policía Nacional puso en marcha una investigación. Los agentes realizaron una serie de vigilancias a la puerta del club y de la vivienda situada justo al lado en la que vivían las mujeres. En su declaración, el dueño del local cargó las culpas contra los dos acusados: «Tenía un trato con el acusado para que explotara el club a cambio de un porcentaje».

La acusada, según esta versión, era la encargada de cobrar a los clientes de las prostitutas y de vigilar el club. Todo el dinero obtenido de la explotación sexual de las mujeres era para la pareja juzgada ayer. La fiscal sostuvo en su alegato que existía un lucro con la explotación de las mujeres, que estaban «en todo momento vigiladas». Eso sí, mantuvo la calificación contra ambos que les considera cómplices de la trama y pide año y medio de cárcel para cada uno.