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J. J. MONERRI Un barco Safari de la empresa Cruceros de Santa Eulària se hundió poco antes del mediodía de ayer a la entrada de la bocana de Eivissa, cuando la embarcación con tres pasajeros a bordo chocó contra una roca de la espaldera del Dique de Botafoc. Los tres pasajeros que iban a bordo de la golondrina cuando se produjo la vía de agua fueron puestos a salvo por el patrón de la embarcación, un experimentado marino que maniobró con presteza para que pudieran desembarcar con rapidez en la escollera.

El Safari, un barco monocasco de madera con 20 metros de eslora y con capacidad para 150 personas, se hundió a 50 metros de tierra cuando su capitán intentaba poner a salvo la nave con la ayuda de otro tripulante. El incidente, pese a todo, fue detectado enseguida por los servicios de emergencias.

El patrón del 'Safari' explicó que todo se produjo cuando se distrajo por un momento para coger un objeto, y sin darse cuenta de que la embarcación por si sola arrumbaba hacia las rocas que había más cerca de la superficie.

El suceso ocasionó retrasos a buques que tenían que entrar en el puerto de Eivissa, ya que durante media hora se paralizó la actividad, mientras se valoraba la gravedad del incidente.

La golondrina llevaba unos mil litros de gasoil en los tanques, aunque el vertido fue mínimo. Entre ayer y hoy se esperaba poder reflotar la embarcación.