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Los negociadores de la policía tuvieron un papel clave para evitar que Sabri, el inmigrante en paro que pretendía quemarse a lo bonzo el lunes en la sede de CC OO de Palma, llevara a cabo su amenaza. Un agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) del grupo de investigación del Distrito Centro fue el primero en entablar conversación con el inmigrante tunecino, y poco tiempo después llegó otro miembro del Cuerpo, experto en negociación, ya que ha recibido formación al respecto. Los dos agentes y Sabri estuvieron reunidos en un despacho, aunque los dos primeros no le revelaron al inmigrante que eran policías, sino personas que querían ayudarlo. El tunecino insistía en que estaba desesperado porque se había quedado sin trabajo y si no tenía un empleo no podía renovar el permiso de residencia, y esto le ocasionaba un problema muy grave.

La negociación en el despacho se alargó por espacio de 40 minutos aproximadamente. En el ambiente flotaba un gran olor a gasolina, procedente de las ropas de Sabri. Los agentes lograron ganarse su confianza y le hicieron entender que «si creaba problemas sería más difícil resolver su situación, tendría más problemas para renovar el permiso de residencia, y que tenía que ser examinado por un médico».

Poco a poco también lograron que el inmigrante se quitara las dos prendas de ropa que llevaba impregnadas de gasolina y se entregara pacíficamente, además de ser examinado por un médico. Al final, el agente y su compañero experto en negociación fueron felicitados por los otros policías que acudieron al lugar y comentaron: «Se trataba de evitar males mayores y hacerle entender que ése no era el camino, pero esperamos no tener que intervenir en otras situaciones iguales».

Sabri fue trasladado a Son Dureta y quedó ingresado en el área de psiquiatría. No obstante, ayer al mediodía fue dado de alta al comprobarse que no padece ninguna enfermedad mental.