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JULIO BASTIDA «No queremos que salgan libres. Si nuestros hijos han hecho algo malo, que aún está por demostrar, que lo paguen, pero al menos pedimos que sean juzgados». Así de claros y rotundos se manifiestan algunos de los padres de los jóvenes que permanecen ingresados en prisión acusados por la policía de pertenecer a los 'Latin Kings' y de propinar una brutal paliza a un joven en la plaza Gomila.

Visiblemente afectados y, con lágrimas en los ojos, Enrique y Mirella, hacen un llamamiento a la justicia para que acelere el proceso y sus hijos sean juzgados con todas las garantías.

Mirella, madre de uno de los chicos apodado 'El Negro', afirma: «Yo quiero que a través de vuestro periódico hacer llegar a la fiscal del caso un mensaje. Me gustaría decirle que si es madre comprenda el calvario que estamos pasando. Decirle que no es normal que por una pelea, que aún no está demostrado que nuestros hijos sean culpables, los tengan encerrados más de nueve meses y no les concedan la libertad provisional. No queremos que los suelten sin más, pero sí que lo juzguen, si los tienen que condenar que los condenen y que cumplan su pena», añade.

Mirella, también hace un especial hincapié en el caso concreto de su hijo. «La policía dice que queda demostrado que mi hijo no pertenece a ninguna banda y, la juez, por causas que se desconocen hace caso omiso a la policía y lo mete en el saco de todos los demás que sí que están acusados de pertenecer a bandas latinas», concluye.

Enrique, padre de 'King Nesquik', según la policía uno de los principales 'Latin Kings' de Mallorca, añade: «Dicen que los chicos son peligrosos y que pertenecen a grupos violentos. Esto no es cierto. La Policía Nacional tiene muchas ganas de conseguir que los condenen por asociación ilícita y harán cualquier cosa para conseguirlo. La verdad de toda esta parafernalia es que nuestros hijos se vieron inmersos en una pelea entre jóvenes en la plaza Gomila sin más. No es de recibo que por una pelea, que la policía no ha podido demostrar nada en claro, nuestros hijos permanezcan más de nueve meses en la cárcel y que nadie haga nada. Es una injusticia», concluye.

Ambos familiares, en un momento de sinceridad responden con suma claridad a la siguiente pregunta: ¿Consideran ustedes que sus hijos son inocentes? La respuesta de ambos: «No. Sinceramente creemos que no son unos santos, pero tampoco son tan malos como quiere hacer creer la policía».