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JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS

Un indigente palmesano que pasaba las noches -y los días- en la 'plaza de los patines' (Bisbe Berenguer de Palou) falleció en la medianoche de ayer, tres días después de recibir una paliza por parte de otro 'sin techo'.

Francisco S.V., de 50 años de edad, era muy conocido en la zona, ya que llevaba tiempo pernoctando en los bancos de la plaza, muy cerca del celler Sa Premsa. A las 23.50 horas de ayer, los servicios de emergencia fueron informados de que el indigente, de mediana edad, estaba al borde de la muerte.

Cuando los sanitarios de una ambulancia del 061 llegaron hasta esa dirección, el varón se encontraba en muy mal estado y trataron de estabilizar sus constantes.

Su estado, sin embargo, era crítico y se decidió su traslado urgente al hospital de Son Dureta, adonde ya llegó muerto. El Cuerpo Nacional de Policía fue informado de las circunstancias de la muerte del varón y ayer por la mañana la Policía Científica se desplazó a la residencia sanitaria para conocer más detalles sobre lo ocurrido.

De forma paralela, el forense Juan Luis Poncela efectuó ayer la autopsia al fallecido, y determinó que la causa de la muerte había sido una hemorragia intestinal. Sin embargo, no se ha podido confirmar de momento si la hemorragia tiene relación con la paliza que sufrió días atrás o si, por el contrario, está relacionada con el mal estado físico del indigente, que solía dormir a la interperie.

Se da la circunstancia de que el pasado jueves, día 26 de noviembre, a las 23.50 horas, la centralita del 092 recibió una llamada telefónica alertando de «una pelea entre indigentes».

Una patrulla de la Policía Local se encontraba en las inmediaciones y llegó en un minuto. Los agentes, entonces, presenciaron cómo un indigente -identificado luego como José F.B., de unos 35 años- estaba golpeando a Guillermo, junto al restaurante citado anteriormente. La víctima estaba sentada y el otro le golpeaba en distintas partes del cuerpo.

Los funcionarios procedieron a separarlos y Guillermo explicó que conocía al agresor de la zona y que lo había atacado sin motivo alguno. José, por su parte, reconoció que había golpeado a su compañero, pero matizó que aquél le adeudaba 40 euros y no quería saldar la deuda.

La víctima insistió en que no quería ser atendido en ningún hospital, a pesar de que presentaba contusiones en la cara y el labio, y que tampoco tenía intención de presentar denuncia. Su adversario, que iba a quedar en libertad, adoptó entonces una actitud muy chulesca con los agentes, a los que llegó a amenazar. No llegaba encima la documentación, por lo que fue detenido y trasladado al cuartel.