Después de que la mujer diera la alerta, los agentes siguieron la pista de esas llamadas y lograron identificar la persona que las realizaba, gracias al número de teléfono. Entonces procedieron a su detención. Ante la sospecha de que el arrestado pudiera haber molestado a más personas, pidieron a la compañía que le suministra la línea un listado con las llamadas realizadas desde ese terminal. En total, en seis meses, el individuo había realizado unas 3.500, todas ellas con la misma finalidad obscena.
Las llamadas iban dirigidas a mujeres. El acusado se limitaba a gemir y emitir gritos lascivos por teléfono sin hablar apenas. Cuando lo hacía era para decir palabras obscenas. Por el momento, la Guardia Civil ha recogido una quincena de denuncias, si bien el número de afectadas es mucho mayor. La reiteración de las llamadas ha generado daños psicológicos a algunas de las víctimas del pervertido. De hecho, según la Guardia Civil alguna de las mujeres ha tenido que recibir atención psicológica.
1 comentario
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i eso k es joven cuando sea viejo k ara