Los submarinistas de la Guardia Civil buscaron durante todo el día el arma con la que se disparó el empresario. | Vasil Vasilev

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Y al tercer día apareció el arma. Los submarinistas de la Guardia Civil (GEAS) localizaron en la mañana de ayer la pistola con la que se mató Dieter Frerichs, el empresario alemán de Cala Major investigado por una estafa millonaria en su país.
El arma corta, de un calibre pequeño, se encontraba a siete metros de profundidad, a unos veinte metros de donde inicialmente se pensaba que había podido caer. La explicación a la que han llegado los investigadores para aclarar esta circunstancia es sencilla: tras caer al agua, Dieter se alejó unas brazadas de la roca y fue allí donde se disparó. Y no más cerca de la escalera de salida, tal y como pensaban los agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
De esta forma, pues, desde el sábado se estaba buscando en la zona incorrecta. Ayer por la mañana, los buzos de la Benemérita decidieron ampliar el perímetro y cubrieron una zona de algas con la ayuda del detector de metales que había llegado ex profeso desde Eivissa.
A las once de la mañana, el aparato especial detectó metal y segundos después los submarinistas hallaron la pistola, de una conocida marca. En el cargador quedaban al parecer otros ocho cartuchos, además de los dos que ya detonó el sábado, cuando se quitó la vida en el momento en el que tres policías le acorralaron en las rocas de su casa.
Ahora la policía está tratando de averiguar cómo consiguió el arma corta Dieter. Su familia sostiene que nunca la vio por la casa o en su coche, un Smart aparcado en la calle Margarita Retuerto, por lo que no se descarta que la adquiriera recientemente, cuando su situación procesal se complicó. Ayer también se le practicó la autopsia al empresario alemán, que tenía 73 años de edad.