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El temporal y la falta de medios dificultaron ayer las tareas de rescate de las 162 personas desaparecidas desde que un tsunami golpeó hace cinco días el archipiélago indonesio de las Mentawai, donde asciende a 413 el número de víctimas mortales.

En las últimas horas, y a pesar de las dificultades, fueron rescatados unos cien supervivientes que se habían refugiado en zonas altas para resguardarse de la ola gigante, anunció la oficina de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres en Sumatra Occidental.

La cifra de muertos se ha elevado ya a 413, que se suman a 432 heridos y unos 13.000 desplazados por el maremoto de 7,5 grados de magnitud registrado el pasado lunes por la noche frente a las costas de la isla de Sumatra.

El seísmo arrasó las playas, hizo subir al menos un metro el nivel del mar e inundó parte del interior de las islas afectadas, donde todavía hay damnificados que no han recibido ningún tipo de ayuda y desde entonces viven a la intemperie.

Al frente de la respuesta de emergencia se ha situado SurfAid, una pequeña organización no gubernamental (ONG) australiana que desde hace una década trabaja en las islas Mentawai y cuyo conocimiento del terreno y de la población es muy apreciado por el Gobierno de Indonesia.