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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha condenado a una mujer que en mayo de 2007 denunció, a sabiendas de que faltaba a la verdad, haber sido arrollada por el conductor de una motocicleta de Correos, todo ello con ánimo de obtener de forma ilícita un beneficio económico por estos hechos.

La resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press, impone a la acusada seis meses de prisión a sustituir por doce meses de multa a tres euros diarios por un delito de estafa procesal en grado de tentativa, mientras que le absuelve de un delito de falso testimonio después de que la Fiscalía retirase esta imputación tras alcanzar un acuerdo de conformidad.

El tribunal, presidido por el magistrado Juan Pedro Yllanes, declara probado que el 23 de mayo de 2007 Ana María M. interpuso una denuncia contra el conductor de la motocicleta, que según su versión circulaba por encima de la acera, y en ella aseveró que fue al llegar a casa cuando comenzó a sufrir dolor en la cabeza y en las cervicales.

De hecho, durante el juicio de faltas que tuvo lugar tras instruirse estos hechos, la entonces denunciante aseguró, con la intención de inducir a error al juez, haber sido «arrastrada por la moto, que me impactó contra el carro de la compra y me hizo chocar contra la pared».

Su defensa solicitó la condena del conductor por una falta de imprudencia simple y reclamó una indemnización de 9.101 euros, lo que finalmente derivó en una sentencia absolutoria.

Ola de falsas denuncias

Por otro lado, la Policía Nacional ha detenido a tres personas que denunciaron haber sido víctimas de distintos robos con violencia, que resultaron ser falsos. Dos de los denunciantes dijeron haber sido asaltados para justificar la pérdida de sus teléfonos móviles, que en realidad habían extraviado.

El primer caso es el de una joven de 18 años, Andrea P.D., que denunció haber sido asaltada de madrugada el día 25 de septiembre a la salida de un local de ocio en la zona del Paseo Marítimo por dos personas que la intimidaron y sustrajeron un teléfono móvil de alta gama.

Tras una laboriosa investigación, la policía logró recuperar el terminal telefónico y comprobó que realmente había sido extraviado por su propietaria y no sustraído, por lo que la denunciante quedó detenida.

En otro caso, un ciudadano ecuatoriano, identificado como Edwin G.B., denunció haber sido abordado el día 18 de octubre en la calle Joan de Austria por un individuo que, tras pincharle en la espalda con un objeto punzante, le sustrajo 1.800 euros en efectivo.

En su investigación, la policía comprobó que los hechos denunciados eran falsos y se procedió a la detención del ecuatoriano.

El tercer caso es el del brasileño Carlos M.S., que denunció haber sido agredido en la zona de ocio de la Plaza Gomila por un grupo de ciudadanos de países del Este que sustrajeron el teléfono móvil y su documentación.

También la policía averiguó que los hechos no existieron, sino que el denunciante perdió el móvil y su cartera y ser inventó lo denunciado.