La historia del celador y la extranjera que reside en una urbanización de Calvià se remonta a hace un mes, cuando unos vecinos de la mujer denunciaron que había levantado una pared ilegal. Una patrulla de la Policía Local acudió al chalet de la señora y levantó un acta por la supuesta infracción urbanística. Al poco tiempo apareció en la casa el celador, identificado como José P.G., de unos 55 años de edad, y que llegó acompañado de otro funcionario.
Según ha relatado la víctima, el celador le explicó que la infracción cometida era muy grave y después, durante la inspección de la casa, descubrió una obra en los bajos que también llamó su atención.
Al poco tiempo, el funcionario de Urbanismo regresó solo al inmueble de la extranjera y le comentó que la multa iba a ser muy importante, aunque existía una posibilidad de arreglarlo. Fue entonces cuando, supuestamente, el celador se le insinuó sexualmente.
Toda la secuencia quedó registrada por un teléfono móvil que la mujer había colocado en un lugar estratégico, sin que el hombre se diera cuenta. La grabación, de buena calidad, es de sonido y de imagen y fue la prueba clave que la extorsionada presentó el pasado viernes en el Ayuntamiento de Calvià. Los responsables municipales actuaron con premura y suspendieron de empleo y sueldo al funcionario de Urbanismo.
Los expertos del Grupo de Delitos Urbanísticos de la Policía Judicial de la Guardia Civil, dependiente de la unidad de Patrimonio, detuvieron al sospechoso el lunes, en el ayuntamiento. Ayer, tras dos días en los calabozos, fue trasladado al juzgado de guardia de Palma, que decretó su puesta en libertad con cargos.