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Un vigilante de seguridad del tren de Inca fue presuntamente agredido por un pasajero al que, instantes antes, había recriminado por fumar en la puerta del vagón y no permitir la salida del convoy.

Los hechos se remontan al pasado martes, concretamente sobre las 19 horas, cuando un vigilante de seguridad, de 24 años de edad y, con una dilatada trayectoria profesional, se encontraba cumpliendo con su cometido en la estación de Sineu. En ese momento, cuando el ferrocarril se disponía a efectuar la salida, el personal del tren se percató de que había un joven fumando en la puerta del último vagón.

La señal luminosa del semáforo se puso en verde autorizando la salida y las señales acústicas sonaron. El maquinista activó el sistema de cerrado de puertas, pero el pasajero con su pierna impedía el cierre de las mismas.
«En ese momento me dirigí al joven y le recriminé su manera de proceder. Me acuerdo que le dije: Perdone, entre o salga, pero por favor deje salir al tren que está todo el mundo esperando», añade el vigilante.


Denuncia

Al parecer y, según consta en la pertinente denuncia interpuesta contra el joven en la Guardia Civil, el pasajero se encontraba en un alto grado de nerviosismo. El presunto agresor viajaba en el tren en compañía de una chica, que al parecer, podría tratarse de su compañera sentimental.

«Con algunos problemas que otros conseguí que el joven entrara al vagón y que el tren pusiera rumbo a la siguiente estación que era s'Enllaç. Nada más ponerse el convoy en marcha comenzaron los insultos y las amenazas. 'Yo no tengo nada que perder. Prepárate porque te voy a dejar en silla de ruedas', me decía una y otra vez», concluye.

La experiencia profesional hizo que por teléfono móvil el responsable de seguridad alertara a la Guardia Civil de que en el interior del vagón viajaba un joven muy conflictivo y que lo mejor para todos sería que bajase en la próxima estación. Al llegar a s'Enllaç, lejos de desistir de su comportamiento, el chico le propinó un puñetazo en el rostro, un cabezazo e incluso le llegó a quitar la defensa. Con ayuda de otro compañero de seguridad, con el tren detenido en el andén, consiguieron retenerlo y esperar la llegada de la Guardia Civil.

Fruto de la agresión, el joven vigilante precisó de varios puntos en una ceja y permanece de baja.