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El robo millonario de cobre en la empresa de Binissalem está prácticamente esclarecido. La Policía Judicial de la Guardia Civil ha detenido a cuatro presuntos implicados y ha recuperado seis de las cuarenta toneladas que según los dueños del almacén fueron sustraídas.
Tal y como adelantó Ultima Hora, el sonado robo se produjo en las fiestas pasadas, entre los días 24 de diciembre y el 7 de enero. Los ladrones accedieron al recinto de la empresa de obras públicas rompiendo una valla en la parte posterior del local, por la que comenzaron a sacar bobinas de cable de cobre. Según los afectados, desaparecieron hasta 40 toneladas, valoradas en 300.000 euros, aunque ayer la Benemérita indicó que la cifra podía ser inferior.
Investigación
Tras denunciarse el robo en el cuartel de Inca el viernes pasado, el caso pasó a manos de la Policía Judicial, que en colaboración con el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza), descubrió en poco tiempo a los implicados. El primero en caer fue un magrebí de Binissalem, con amplios antecedentes, llamado Rachid F., de 21 años.
En los días sucesivos fueron detenidos los otros sospechosos: Agustín A.T., de 36 años; Jesús A.T., de 35 y Agustín A.G., de 61 años. Dos de ellos fueron puestos a disposición judicial, y quedaron en libertad con cargos tras declarar ante el juez.
De acuerdo con los datos facilitados ayer por la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil de Palma, los delincuentes que robaron las bobinas de cable de cobre fueron sacadas de la nave de Binissalem en vehículos, en varios viajes, sin que los dueños advirtieran nada hasta que ya fue demasiado tarde.
El material sustraído, según las mismas fuentes, fue vendido en puntos de reciclaje de metales de Mallorca y los agentes han recuperado unas seis toneladas de cobre, por valor de 25.500 euros.
Los investigadores llevaron a cabo registros en varias fincas de la Isla y en puntos de venta y las diligencias siguen abiertas en busca del resto del material, aunque se antoja más compleja la recuperación total del botín.
Antes de vender el cobre a las empresas de reciclado, los implicados limpiaban el cable de las bovinas, para eliminar pruebas y hacer más difícil que se pudiera seguir la pista. Los robos de cobre están poniendo en jaque a las fuerzas de seguridad en la Isla y casi cada día se registran denuncias por este motivo.