«Alguna vez escuchamos discusiones, pero nunca pensamos que iba a ocurrir lo que ha pasado. Estamos todos muy afectados».
Los residentes de la calle Chinchilla de Calvià no daban crédito ayer al trágico desenlace de los acontecimientos. «A las once de la mañana escuchamos unas detonaciones, pero no pensábamos que se trataba de disparos», explicó uno de los vecinos.
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El matrimonio vivía en aquel chalet desde hace unos doce años y parece ser que no tenía hijos. Antes habían residido en una finca de Son Pericás, en el municipio. Sus sobrinos y otros familiares, sin embargo, acudían muy a menudo a interesarse por ellos y cuidarlos. Precisamente fue una sobrina la que ayer a las doce entró en la casa y descubrió el drama.
Bartolomé había sido cocinero de prestigio en el restaurante Fénix y en el Hotel Victoria. Sus vecinos explicaron que no se hacían demasiado con la gente del pueblo y que eran «algo reservados». El viernes habían hablado con sus familiares y nadie notó nada extraño.
Tras conocerse la noticia de la doble muerte en el chalet el concejal Tolo Bonafé y Jaume Marcó, jefe de la Policía Local de Calvià, acudieron a la vivienda para conocer más detalles.
«Eran gente normal, no hablaban demasiado, pero tampoco se metían en nada. No entendemos cómo ha podido pasar esto», explicó otro vecino. «Bartolomé salía poco de casa y cuando la hacía iba a un bar de la cale Major», refirió otro de los residentes en la calle Chinchilla.
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