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La Guardia Civil continuó realizando gestiones a lo largo de la jornada de ayer para esclarecer totalmente el crimen del inglés que fue degollado frente a un bar de Punta Ballena, en Magaluf, en la madrugada del viernes al sábado. Por la mañana, los agentes acudieron al hotel donde estaban alojados los amigos de la víctima y solicitó a los testigos que fuesen a declarar en las dependencias de la Guardia Civil, para poder concretar los motivos por los que se produjo la pelea. El fallecido, Gary Clive Vigors, de 41 años, llegó el viernes a la Isla en un viaje organizado junto a medio centenar de personas. Todos ellos tenían previsto regresar hoy a Inglaterra.

Pasada la medianoche del viernes, Gary tuvo un enfrentamiento con Thomas William Swannell, otro turista ingles de 45 años que había viajado a Mallorca con motivo de la celebración de un torneo de cricket. Parece ser que el motivo del enfrentamiento estuvo relacionado con una mujer. No obstante el asunto no pasó a mayores y ambos siguieron la noche por Magaluf. Pasadas las dos de la madrugada coincidieron en un bar que se encuentra al inicio de Punta Ballena. Allí discutieron de nuevo, salieron al exterior y supuestamente Thomas rompió un botellín y degolló a Gary, el cual falleció al poco tiempo.

La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y detuvo al sospechoso, el cual pasará hoy a disposición judicial en Vía Alemania.

Todo fue rápido

La madre de los dueños del bar donde se inició la pelea mortal se encontraba ayer por la mañana en el establecimiento y explicó: «Mis hijos me han dicho que todo fue muy rápido, los dos turistas discutieron en la entrada del bar, salieron fuera y uno atacó al otro, pero todo pasó en muy poco tiempo. Mis hijos avisaron a la ambulancia pero cuando llegó no se pudo hacer nada por el señor agredido». La mujer explicó también que «hay veces en que se detecta que algunos clientes pueden crear problemas y los echan del local para evitar problemas, pero esta vez no hubo tiempo porque ambos se encontraron, salieron y una vez fuera ya había pasado todo».
El agresor, que también había viajado a Mallorca con otro grupo numeroso de jugadores y seguidores de cricket, se alojaba en un hotel cercano de Magaluf.